Sin Michelle Obama en la carrera: Harris vs. Trump

La esperada decisión de Joe Biden de no buscar la reelección en 2024 ha sacudido más el panorama político estadounidense, dejando el camino libre para su vicepresidenta, Kamala Harris, como la candidata favorita del Partido Demócrata en la contienda contra Donald Trump. Biden, tras la alta presión mediatica, anunció su retiro asegurando que es "en el mejor interés de mi partido y del país que me retire", ofreciendo su "apoyo y respaldo total" a Harris.

Esta decisión llegó tras una serie de errores embarazosos y un terrible rendimiento en el debate, alimentando las dudas sobre su salud y capacidad para liderar otro mandato. Las encuestas mostraron una creciente preocupación entre los votantes, con un 88 % de ellos creyendo que Biden debía hacerse a un lado. Donald Trumpno solo lidera las encuestas, ha sabido apoderarse de la imagen “héroica” que el atentado en su contra le regaló, aprovechando la incertidumbre y debilidad del partido demócrata.

Harris: Un camino lleno de desafíos

Kamala Harris, exfiscal general de California y exsenadora de EE. UU., ha tenido un recorrido político significativo, pero su tiempo como vicepresidenta destaca por su tibieza, su marca en la percepción pública y la baja aprobación. La vicepresidenta fracasó en su candidatura por la nominación demócrata de 2020 desde antes de la primera votación, y a pesar sus intentos por conectar cívicamente con iniciativas en derechos reproductivos y la reforma del sistema de votación, su participación en políticas como las de seguridad en Ucrania y Gaza o de inmigración en la frontera han mermado su popularidad.

Encuestas recientes revelan solo un 29 % de aprobación y un 49 % de opiniones desfavorables, una consecuencia directa de su cercanía con Biden.

Harris ha recibido el respaldo de importantes figuras del Partido Demócrata, incluidos Nancy Pelosi, Elizabeth Warren y Alexandria Ocasio-Cortez, además del apoyo de la mayoría de los gobernadores demócratas y organizaciones como el Congressional Black Caucus. Este respaldo es fundamental para consolidar su posición como la candidata más viable del partido tras la retirada de Biden. Sin embargo, la tarea de unificar al partido y ganarse al electorado será un desafío significativo, especialmente con la popularidad decreciente del actual gobierno.

Michelle Obama: La favorita que no será candidata

A pesar de su gran popularidad y de ser vista por muchos como la única candidata capaz de vencer a Trump por un amplio margen, Michelle Obama ha dejado claro en varias ocasiones que no tiene intención de postularse para la elección. Su oficina reiteró recientemente: "Michelle Obama no se postulará para presidenta".

El ex presidente Barack Obama y su esposa, aunque han expresado su aprecio y gratitud hacia Biden, no han dado su respaldo explícito a Harris. Y aunque esto alimenta especulaciones sobre un posible cambio de postura, Michelle Obama se ha caracterizado por su diplomacia mediática, aseguró que la política no está "en su alma" sin embargo pareciera que lo está tanto que no tiene la dispocisión de sacrificar y ensuciar su imagen politico en una desesperada lucha contra Trump. Una encuesta de Reuters e Ipsos mostró que Michelle Obama vencería a Trump por 10 puntos, lo que destaca su popularidad entre los votantes, pero su negativa a postularse deja un vacío en el liderazgo demócrata.

El camino hacia la nominación

Con la retirada de Biden, el Partido Demócrata se enfrenta a la tarea de unir sus filas tras Kamala Harris, a pesar de su baja popularidad. Con tan poco tiempo antes de la elección y un debate perdido, no hay tiempo para una contienda interna prolongada. Un aspecto crucial será la transferencia de los fondos de campaña. Hasta ahora, se han recaudado 100 millones de dólares, que deben ser devueltos si no se confirma a Harris como candidata, a menos que los donantes aprueben su uso para su campaña. Esta cuestión financiera añade otra capa de complejidad a la ya tensa situación dentro del partido.

Desafíos y expectativas

Harris tiene la difícil tarea de ganarse al electorado y superar la percepción pública negativa. Su éxito dependerá en gran medida de su capacidad para atraer a los votantes que se sienten desencantados con la actual administración y aquellos que buscan un liderazgo más joven y dinámico. La presión sobre Harris es inmensa, ya que no solo debe enfrentar la maquinaria política de Trump, sino también demostrar que puede ser una líder efectiva y unificadora.

El Partido Demócrata debe enfrentar la realidad de que pasar por alto a la primera mujer y primera mujer negra vicepresidenta podría provocar una ruptura significativa con votantes clave, especialmente las mujeres negras, que han sido un pilar fundamental para el partido en los últimos años. La unidad del partido y la movilización de su base serán esenciales para competir eficazmente en las elecciones de 2024.

Mientras Kamala Harris se prepara para asumir el desafío de convertirse en la candidata presidencial del Partido Demócrata, el camino hacia la Casa Blanca se presenta lleno de obstáculos y oportunidades. ¿Su capacidad para unificar al partido y movilizar a los votantes será suficiente en la contienda contra Donald Trump?