El concepto de “Libertad” según Trump

El concepto de “Libertad” según Trump

Pues bueno, en días pasados el –fallido– expresidente de los Estados Unidos repitió algo de lo que ya había hablado muchas veces: ejecutar a los vendedores de drogas ilegales. Y por increíble que parezca, lo ha dicho en todos y cada uno de sus mítines desde que anuncio su intención de volver a contender como […]

Maximiliano Pineda Flores 30-06-2023 / 14:43:39

Pues bueno, en días pasados el –fallido– expresidente de los Estados Unidos repitió algo de lo que ya había hablado muchas veces: ejecutar a los vendedores de drogas ilegales. Y por increíble que parezca, lo ha dicho en todos y cada uno de sus mítines desde que anuncio su intención de volver a contender como candidato con el “ticket” republicano en las próximas elecciones para presidente de los Estados Unidos de América.

Para continuar con su ya famoso talante conservador-populista, y entre gritos de alegría y otras señales de júbilo, anunció su intención de utilizar toda la fuerza del poder público para prohibir la entrada de comunistas, socialistas e izquierdistas a su país, el que irónicamente se hace llamar “tierra de los libres y hogar de los valientes” ¿o cómo era?  “Hoy voy a presentar mi nuevo plan para proteger la integridad el sistema de inmigración, la ley federal prohíbe la entrada de comunistas y totalitarios a los Estados Unidos” declaró el expresidente para posteriormente lanzar uno de sus entre paréntesis coléricos: “Mi pregunta es ¿Qué vamos a hacer con los que ya están aquí y que crecieron aquí?” no sé, tal vez juntarlos a todos y echarlos en un campo de concentración de una vez para dejarnos de cosas, le contestaría yo.

Lamentablemente para el bloque conservador de nuestro país vecino, la propuesta de Donald John (o Jeremiah o Joseph o Jamall o cual sea que sea su segundo nombre) Trump, no se puede materializar, es decir, no se puede aplicar en la práctica ¿o qué van a hacer? ¿Un examen para analizar en que cuadrante del compás político te encuentras? ¿Qué tal si mientes? ¿Qué pasa si algún soberano de familia, sin antecedentes penales, etc. decide visitar los Estados Unidos, pero está a favor de un sistema de salud universal o está a favor de salarios más altos o incluso de democratizar el lugar de trabajo? ¿Le van a negar la entrada o lo van a deportar porque no esta de acuerdo con la ideología política del presidente?

Nada tiene sentido, al carajo la lógica. Los aplaudidores de este tipo de políticas son exactamente los mismos que dicen estar del lado de la libertad y que debemos permitir el libre intercambio en mercado de las ideas para entender que esta bien y mal, así es como la gente civilizada lo debe de hacer, y algunas otras frases trilladísimas al estilo de Ben Shapiro y Tucker Carlson que endulzan el oído pero que en realidad ellos mismos no soportan. Siempre se habla de la libertad de los individuos de pensar y disentir, de la libertad de expresión, del derecho a la libre portación de armas, de la libertad, de la libertad, de la libertad…  por favor.

También hay que recordar que en el capitalismo tardío en el que ahora nos encontramos, los conceptos ya no quieren decir nada. En la realidad alternativa de los gringos conservadores, algo así como el 50% de su población es comunista, pero el hecho es que no tienen literalmente ni un representante en cámaras que se identifique como tal. En realidad, incluso los representantes progresistas como Alejandra Ocasio Cortez o Ilhan Omar están -apenas- con la punta del pie izquierdo fuera del centro. Esta forma tan reducida del pensamiento es la razón por la cual les parece tan sencillo proponer este tipo de argumentos sobre la mesa, si no estás de acuerdo con nosotros, vamos a utilizar la fuerza publica contra ti. Fascismo de libro de texto, pues.

Después del desenmascaramiento del movimiento conservador estadounidense, se nos reveló un rostro neofascista que prohibió y quemó libros como “Matar a un ruiseñor” de Harper Lee, escudándose con el viejo argumento de la protección a la niñez (o como lo conocemos aquí “con los niños no”) y que ahora se presenta con la propuesta de suprimir el derecho a discernir y prohibir la entrada de todos aquellos que piensan diferente. Es obvio que el objetivo de este tipo de mediadas es la marginación de las personas, de las ideas y de la historia; los regímenes totalitarios son los que queman libros, no las democracias. Me gustaría hacer una comparación con la dictadura nazi, pero en realidad me recuerda más al Estado Islámico, algo así como sharía law o ley islámica pero con inspiración Cristiana. Que horrible.

El cinismo y la audacia con la que se propone la prohibición de la entrada de “totalitarios” al país a través de una política que por definición es totalitaria, sobrepasa los niveles de la comedia. Lo que no es tan chistoso, es lo que Trump sí puede hacer dentro de su administración, que es eliminar/despedir a todas las personas que no están 100% alineadas al trumpismo y seguir proponiendo a nuevos miembros de la suprema corte con un perfil ultraconservador. Al parecer México y Estados Unidos no son tan diferentes después de todo, de los dos lados nos estamos dando cuenta que el más alto tribunal puede terminar reduciéndose a una herramienta política

Al paralelo con las campañas internas entre los candidatos de la izquierda que se está llevando en nuestro país, en los Estados Unidos la derecha ya está preparándose para las elecciones primarias. El único contrincante apenas relevante de Trump es Ron Di Santis, quien está esperando un milagro (o maldición) para que la popularidad dentro del partido republicano del primer presidente naranja de los Estados Unidos caiga en picada o probablemente espera que le de un infarto o que le caiga un rayo, o algo, que se yo. El caso, es que el escenario es muy oscuro de cara a las elecciones presidenciales de nuestra hermana republica del norte, la mitad de los demócratas no quieren volver a correr con Biden y nosotros, todos lo que seriamos comunistas en ojos los republicamos, no queremos correr con la mala suerte de un segundo término de Trump.

Maximiliano Pineda Flores