Acequia, la primera novela en ganar el Premio Las Yubartas

El autor mexicano, Amaury Colmenares, recibió el premio de narrativa en la Feria Internacional del Libro de Nueva York. Por: Ana María Betancourt Ovalle

Ana María Betancourt Ovalle 23-12-2024 / 09:41:51

Manhattan, NY– La primera vez que el escritor mexicano Amaury Colmenares se acercó a la literatura fue por medio del gozo, cuando era niño se sentaba con su abuelo en un sofá con una bolsa de cacahuates y chocolates, juntos pasaban horas inmersos en la lectura.


Esa sensación placentera alrededor de la literatura impregna Acequia, su novela más reciente, donde reflexiona sobre el humor con ocho microrrelatos situados en la ciudad de Cuernavaca, México.


Historias de un guía turístico que miente sobre la historia de la ciudad para cautivar a los turistas se interconectan con las fundadoras de una editorial, la aventura de un niño que cayó en los canales subterráneos de la ciudad en el siglo XIX y una restauradora de arte ladrona.


La obra de Colmenares fue galardonada con el Premio Hispanoamericano de Narrativa Las Yubartas, en su primera edición, un reconocimiento que honra obras literarias publicadas en editoriales independientes y que demuestren el carácter migratorio de la cultura hispana.


Colmenares, de 38 años, recibió su premio en una ceremonia durante la Feria Internacional del Libro en Nueva York este 9 de octubre. Acequia fue elegida ganadora porque “celebra la riqueza y la vitalidad de la narrativa hispanoamericana, trascendiendo fronteras y uniendo culturas” dijo uno de los jurados durante la ceremonia.


La novela será publicada y distribuida en diez países incluyendo Argentina, Chile, Colombia, Estados Unidos, España, México y Uruguay. Esto permitirá al autor mexicano aumentar el alcance de su obra y la cantidad de potenciales lectores.


El autor habló con La Audiencia para discutir su obra y los retos de la industria literaria en la era digital. Sus respuestas han sido levemente editadas.


El premio debe su nombre a las yubartas, que son ballenas que migran. ¿Cuál es el carácter migratorio de tu obra?


El mayor carácter migratorio de esta novela es que va de Cuernavaca, que es súper local, a explorar públicos de diez países. Va a migrar en su carácter de obra publicada. Va a probar suerte en distintos países a ver en dónde la adoptan, en dónde hace una vida.



A lo largo de la obra te preguntas por la experiencia lectora, ¿qué recepción aspiras que Acequia tenga ahora que llegará a 10 países diferentes?


La recepción es lo que más me interesa.


Me acuerdo que en la secundaria teníamos un diario del grupo. Cada día un alumno se llevaba el diario y al día siguiente leía lo que había escrito. Siempre era algo muy tedioso y aburrido, pues la gente nunca quería escribir.


Cuando a mí me tocaba, lo que yo escribía les daba muchísima risa. A veces solo anotaba cosas sin la intención de que fueran graciosas, pero cuando las leía les daba risa y una vez hasta me aplaudieron. Creo que ahí está la imagen ideal de lo que quiero lograr: alterar a la gente, alterarla hacia la risa.


¿Cómo puede interpelar tu obra a la audiencia neoyorquina hispanohablante?


El público de Nueva York es cosmopolita y de amplio criterio, yo creo que les puede interesar porque es una novela ambiciosa. Está diseñada para que puedas estar un rato ahí tratando, a lo mejor, de hacer las conexiones o de encontrar esos pequeños detalles que funcionan a distintos niveles. Yo creo que es una obra que se puede, no solo leer de manera superficial, sino realmente con mucha atención.


Pero hay una creencia de que cada vez leemos menos, sobre todo los latinos


Siento que la gente lee más porque están en redes sociales y es puro leer y escribir. Por ejemplo, en TikTok o en Instagram los videos no son el contenido, le tienes que picar a la descripción y ahí viene un texto larguísimo.


La gente joven lee mucho. Ahora que estuve en la Feria del Libro de Monterrey había autores que tenían filas inmensas. Claro, eran autores no de literatura o de literatura “comercial” [influenciadores o autores de literatura juvenil] y no me parece mal. Más bien, siento que ahí ya está creándose un público y simplemente hay que conectarlo con el arte.


Por eso quiero que mis obras sean accesibles. Cuando escribo lo hago pensando en que no le sea fácil al lector, porque sí quiero que haya una experiencia de exploración. Pero no quiero hacer obras crípticas o muy complicadas.


Una de tus fijaciones en la obra es el chiste. ¿Cómo se engrana el chiste en la literatura que escribes con la tradición literaria hispanoamericana?


Siento que el chiste surge de la manera en la que vives cotidianamente, que tiene que ver muchísimo con el realismo mágico y con la visión que tiene la gente latina de la realidad. En México tiene que ver con cómo ven la realidad las personas indígenas, que se aproximan a ella de manera muy directa, desprejuiciada y de entender lo que está pasando de manera literal. Durante mucho tiempo se ha entendido como algo tonto o inocente, pero en realidad es la manera más inteligente de estar en la realidad.


Acequia es una novela que parece fragmentaria, ¿qué hay detrás de esta decisión?


Lo que yo quería lograr era que quien empezara a leer la obra pensara que eran fragmentos y que conforme avanzara fuera teniendo la sospecha de que hay un sentido que lo articula todo.


Y que ya por ahí desde el segundo capítulo, quedará muy claro que sí están interconectados los fragmentos. Por otro lado, yo quería que a partir de esos fragmentos la persona armara la novela en su mente y fuera mitad de la novela escrita y mitad imaginación activa de quién lee.


Ana María Betancourt Ovalle